Enfermedad Obesidad
La Obesidad: Una enfermedad, no un hábito
La sola palabra obesidad hace estremecer a muchas personas y suena feo. La obesidad ha sido poco comprendida y durante años se la ha considerado como el resultado de los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio. Aunque todavía hay muchas personas que creen esto, la ciencia médica ha demostrado fehacientemente que la obesidad es una enfermedad, y no un hábito. Así como comer mucha azúcar no causa diabetes, el comer mucha comida no causa obesidad. Las causas de cada una son mucho más complejas.
Lo primero que hay que hacer para entender la obesidad es definirla. En términos prácticos, es definida como un índice de masa corporal (IMC) superior a 30. EL IMC de 25 a 29.9 es considerado sobrepeso. Se puede calcular el IMC dividiendo el peso entre la talla al cuadrado, ejemplo: Una persona de 80 kg., que mide 1.65 mts. Se divide 80 kg entre (1.65 x 1.65 ) 2.7225 = 29.3, que significa sobrepeso, casi llegando a la obesidad.
La obesidad juega un papel muy importante en la aparición de la diabetes tipo 2 y sus complicaciones. La obesidad así como la diabetes, son enfermedades endócrinas. La rama de la endocrinología estudia las hormonas y sus acciones. Las hormonas son sustancias que se fabrican en glándulas de secreción interna y que actúan en otras partes del cuerpo. En la obesidad, las glándulas de secreción internas son el tejido graso y la hormona se llama leptina.
La leptina actúa en el cerebro (el hipotálamo) inactivando una sustancia química llamada neuropéptido “Y” (NPY). Este neuropéptido es el que hace sentir hambre y comer más, ya que estimula el sistema nervioso simpático (estrés) y aumenta la producción de esteroides. O sea que, mientras más células grasas tenga una persona, puede liberar más leptina, y así inactivar la acción del neuropéptido “Y”, lo que teóricamente la hará comer menos. Esto es una fuente de investigación para desarrollar nuevos medicamentos que actúen contra la obesidad. En el futuro pueden haber medicamentos que aumenten el metabolismo de las grasas, que trabajen en contra del neuropéptido “Y”, o que aumenten la acción de la leptina.
Por otro lado la obesidad causa resistencia a la acción de la insulina y cuando también hay una secreción inadecuada de esta hormona, se produce la diabetes tipo 2.
Pero, ¿por qué la obesidad causa resistencia a la insulina?. Aparentemente las células grasas liberan otra hormona llamada factor de necrosis tumoral alfa (FNT-alfa). Dentro de la célula, el FNT-alfa disminuye la capacidad de la insulina de mover unos canales (llamados GLUT 4) a la superficie de las células grasas y musculares. Los canales GLUT 4 son los que permiten que el azúcar entre a la célula. Cuando hay muchas células grasas, hay mucho FNT-alfa, que causan que hayan menos canales GLUT 4 en gran cantidad de células musculares y grasas. Por lo tanto, la insulina no puede hacer introducir el azúcar a los tejidos y esta azúcar se acumula en la sangre . A esto se llama resistencia a la insulina que termina produciendo la diabetes tipo 2.
Actualmente ya tenemos medicamentos que disminuyen la resistencia a la insulina, como ser la metformina o la rosiglitazona. También tenemos medicamentos que disminuyen el apetito como la sibutramina o que bloquean el 30 por ciento de la absorción de las grasas, como el xenical.
O sea que cuando veamos a una persona con obesidad, recordemos que no es simplemente porque comen mucho. Tanto la genética, como el estilo de vida, los hábitos, el ambiente social y las hormonas, contribuyen al problema del aumento de peso.
Licenciada en Nutricion
Maria Elena Parada